Las fiestas y rituales en torno a los santos hoy día son momentos de recreación de la identidad de las colectividades de los Andes; por lo tanto cumplen un rol socio-cultural identitario.
Por otro lado, la fiesta tiene el sentido de ruptura de lo cotidiano y de creación y vivencia de un tiempo especialmente simbólico para sus participantes quienes desde sus disfraces o atuendos especiales o como espectadores de los mismos se conectan con sus tiempos originales y pueden vivir su experiencia mística.